¿HOLA, QUE TAL?

Hola amigos,
Si quereis que cuelgue en mi blog alguna cosa que considereis interesante, algún escrito, poema, foto, noticia, etc....,
podeis mandarmela a esta dirección:
rakel1963@gmail.com
Por descontado que antes tendré que darle mi visto bueno, ya que no quiero faltas de respeto ni críticas a segundos o terceros en mi blog.
Un besooooooooooooooooo...
muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaacks

Si existiera... me gustaria vivir aquí...

Macaco.

Amy Macdonald.

Ismael'lo.

UB40

miércoles, 4 de marzo de 2009

Consejos para una vida sana y para hartarse de reir.

Esto es para todos esos adultos contemporáneos intelecto-neuro-hipocondríacos...
Dicen que todos los días tenemos que comer una manzana por el hierro y un plátano, por el potasio.
También una naranja, para la vitamina C y una taza de té verde sin azúcar, para prevenir la diabetes
Todos los días hay que tomar dos litros de agua.
(Sí, y luego mearlos, que lleva como el doble del tiempo que llevó tomárselos).
Todos los días hay que tomarse un Actimel para tener 'L.Cassei Inmunitas',
que nadie sabe lo qué es, pero parece que si no te metes un millón y medio todos los días,
entras a ver a la gente como borrosa.
Cada día toma una aspirina para prevenir los infartos , mas un vaso de vino tinto para lo mismo.
Y otro de blanco, para el sistema nervioso.
Y uno de cerveza, que ya no me acuerdo ni para qué era.
Si te lo tomas todo junto, guarda un Red Bull para el día siguiente, a menos que te dé un derrame cerebral ahí mismo.
Si es así, ni te enteras.
Todos los días hay que comer fibra.
Mucha, muchísima fibra, hasta que cagues un jersey.
Hay que hacer entre cuatro y seis comidas diarias, livianas, hipocalóricas, sin olvidarte de masticar cien veces cada bocado.
Haciendo un pequeño cálculo, sólo en comer se te van como cinco horas.
Ah, después de cada comida hay que lavarse los dientes.
Después del yogurt y la fibra, los dientes; después de la manzana, los dientes; después del plátano, los dientes...Y así mientras tengas dientes, sin olvidar pasarte el hilo dental y enjuague bucal, tras unas correspondientes gárgaras...
Mejor amplía el baño, y mete el equipo de música, porque entre el agua, la fibra y los dientes, te vas a pasar varias horas al día ahí dentro metido.
Hay que dormir ocho horas y trabajar otras ocho, más las cinco que empleamos en comer, veintiuna.
Te quedan tres, siempre que no te pille alguna caravana.
Según las estadísticas, vemos tres horas diarias de televisión...y ni qué hablar del ordenador!!!Bueno, ya no puedes, porque todos los días hay que caminar por lo menos media hora (dato por experiencia: a los 15 minutos ve regresando, si no la media hora se te hace una).
Y hay que cuidar las amistades porque son como una planta: hay que regarlas a diario.
Y cuando te vas de vacaciones también.
Si es que te vas de vacaciones...
Además, hay que estar bien informado.
Hay que leer por lo menos dos diarios y algún artículo de revista, para contrastar la información.
Ah!, hay que tener sexo todos los días, pero sin caer en la rutina: hay que ser innovador, creativo y renovar la seducción.
Eso lleva su tiempo!!!¡
Y ni qué hablar si es sexo tántrico!!!
Al respecto te recuerdo: después de cada comida hay que cepillarse los dientes!
También hay que hacer tiempo para barrer, lavar la ropa, los platos, y no te digo si tienes perro o mascota... hijos?! .
En fin: a mí la cuenta me da unas 29 horas diarias.
La única posibilidad que se me ocurre es hacer varias de estas cosas a la vez.
Por ejemplo:
Te duchas con agua fría y con la boca abierta mientras te tomas los 2 litros de agua.
Cuando salgas del baño con el cepillo de dientes en la boca le vas haciendo el amor (tántrico) de pie, a tu pareja, que de paso mira la TV y te cuenta, mientras barres.
¿Te quedó una mano libre?
Llama a tus amigos!!¡
Y a tus padres!!
Tomate el vino (después de llamar a tus padres te va a hacer falta). El yogurt con la manzana te lo puede dar tu pareja mientras se come el plátano con el Actimel.
¡Úuuuf! Pero si te quedan 2 minutos, reenvíale esto a los amigos (que hay que regar como a las plantas) mientras tomas una cucharadita de Magnesio, que hace bien...
Y ahora te dejo porque entre el yogur, la naranja, la cerveza, el primer litro de agua y la tercera comida con fibra del día, ya no sé qué estoy haciendo pero necesito un baño urgente.
Me estoy cagando!!!
Ah, voy a aprovechar y me llevo el cepillo de dientes....
Si ya te he envíado este mensaje y te llega doble, es el Alzheimer, que a pesar de tanto cuidarme no lo he podido combatir.

Chistecito.

Una viejecita, en la mitad de un servicio religioso,
se inclina y le dice al oído al esposo:
-Me acabo de tirar un pedito silencioso,.......
¿Qué hago?.......
Y el marido le responde:
-Ahora nada, pero después cámbiale las pilas al audífono

Había una vez.

Tres mujeres mueren juntas en un accidente de tránsito y se van al cielo...
Al llegar San Pedro les dice: "Solo hay una regla en el cielo... No Pisen a los Patos!"
Asi que entran al cielo, y ¡claro! el lugar esta llenísimo de patos.
Es casi imposible no pisar los patos, y aunque hacen hasta lo imposible por evitarlos,
La primera mujer accidentalmente pisó uno. Y allá viene San Pedro,
con el hombre más feo que la pobre mujer haya visto jamás.
San Pedro los encadena juntos y dice "Tu castigo por pisar a los patos será pasar la eternidad encadenada a este hombre feo!"
Al día siguiente, la segunda mujer accidentalmente pisa un pato,
San Pedro se da cuenta, y se deja venir, trayendo con él a otro hombre extremadamente feo.
Los encadena juntos y les da el mismo discurso que a la primera mujer.
La tercera mujer observó todo esto, y no queriendo ser encadenada a un hombre feo
por toda la eternidad, se vuelve MUY cuidadosa para fijarse en donde pisa.
De alguna manera, se las arregla para pasarse meses y meses sin pisar ningun pato.
Pero un día llega San Pedro con el hombre más hermoso que ella ha visto jamás...
Alto, guapo, de ojos grandes y pestañas laargas, laargas, con un cuerpo delgado y musculoso.
San Pedro los encadena juntos sin decir palabra...
La mujer, sin salir de su asombro dice:"Me pregunto que habré hecho para merecer que me encadenen a alguien como tú por toda la eternidad...!"
El chico dice: "No se tú....pero yo pisé un pinche pato!!!"

Golf para jugadores avanzados.

Un día estaban jugando al golf Moisés, Jesucristo y un anciano.
Moisés es el primero en golpear.
Coge el palo, se prepara y paff: la bola termina en el agua.
Pero, volviéndose a sus compañeros, Moisés les dice: - "No pasa nada".
En efecto, coge el palo, lo hinca en el suelo y las aguas se separan,
tras lo cual le pega de nuevo a la bola, que termina en el hoyo.
Llega el turno de Jesucristo.
Coge el palo, se prepara y paff: la bola termina también en el agua.
- "No os preocupéis", dice Jesús a sus compañeros de juego.
Y ni corto ni perezoso se dirige al estanque, empieza a caminar sobre el agua,
llega a donde está la bola flotando, le pega de nuevo y...al hoyo.
Por fin, le toca le turno al anciano, que coge el palo,
se prepara y paff: la bola va directa al agua,
pero, justo antes de llegar, sale un pez y se come la bola.
Pero antes de que el pez caiga de nuevo al agua, aparece una gaviota que se come al pez.
Tras un corto vuelo, a la gaviota le cae un rayo, que le fulmina en el suelo,
donde abre el pico, sale la bola y se cuela en el hoyo.
Entonces Jesucristo se vuelve al anciano y le dice:
- Mira, papá, si empiezas con chulerías, yo no juego.

lunes, 2 de marzo de 2009

¿De qué hablan los delfines?


Utilizando un instrumento llamado CymaScope, investigadores británicos y estadounidense han transformado los sonidos de los delfines en un gráfico que podría ayudarnos a descifrar el idioma de estos mamíferos marinas.
Existen pruebas sólidas de que los delfines son capaces de "ver" el sonido, de modo similar a como los seres humanos usamos los ultrasonidos para observar un feto en el vientre de su madre. Pero este sonido no viaja en forma de ondas, como popularmente se cree, sino que se expande como burbujas y haces holográficos. En frecuencias audibles para los seres humanos -20 a 20.000 hertzios-, predomina la forma de burbuja; mientras por encima de los 20.000 hertzios, el sonido adquiere la forma de haz.
El CymaScope capta esas vibraciones sonoras de los delfines en el agua,permitiendo visualizar su estructura tridimensional. El resultado es un gráfico llamado CymaGlyph, que contiene una serie pautas reproducibles que podrían formar la base de un léxico de la lengua de los delfines, donde cada pauta representaría una "imagen-palabra".
"Descifrar lo que dicen los delfines a partir de un CymaGlyph se parece mucho a interpretar los jeroglíficos egipcios", según explica el ingeniero John Stuart Reid, coautor del estudio. "Ahora que los gorjeos, chasquidos secuenciados y silbidos que emiten los delfines se pueden convertir en imágenes, tenemos una importante herramienta para descifrar su significado", asegura.
Su compañero Jack Kassewitz, experto en el lenguaje de estos animales, es aún más optimista, y asegura que el objetivo final es hablar con los delfines con un vocabulario básico de sonidos y entender sus respuestas. "Creo que a la gente de todo el mundo le gustaría tener la oportunidad de hablar con un delfín; y estoy seguro de que a los delfines les encantaría hablar con nosotros", confiesa.

Azafatas.

A principios de los años treinta, las compañías aéreas que hasta ese momento se habían dedicado casi exclusivamente al transporte de mercancías, comenzaron a hacer también viajes de pasajeros. Lo normal en aquellos primeros trayectos era que en el avión viajara algún joven ayudante, fornido y no demasiado alto, el cabin boy o chico de cabina, que se encargaba no sólo de atender al pasaje sino de cargar el equipaje, realizar pequeñas tareas de mantenimiento e incluso de ayudar a pilotos y mecánicos a empujar el aeroplano desde el hangar hasta la pista.
La primera azafata fue Ellen Church, una joven enfermera amante del mundo de la aviación que consiguió convencer al presidente de la Boeing de que contratara mujeres para encargarse de los pasajeros durante el vuelo. Al principio todas eran enfermeras, solteras, menores de 25 años y con una estatura no superior a un metro sesenta, ya que la altura de la cabina no permitía más. Cuando hubo que buscar un nombre que las definiera se las llamó en inglés air hostess –anfitriona aérea–, fly attendant –encargada de vuelo– o stewardess –camarera–.
En España, cuando las tripulantes de cabina se incorporaron a los vuelos, se barajaron para ellas nombres como aeroviarias y mayordomas aéreas, pero al final se recuperó la palabra azafata, que antiguamente designaba a la criada de la reina que se encargaba de preparar y recoger su ropa y alhajas. En otros países hispanohablantes se popularizó el término aeromoza que en la actualidad puede usarse también en masculino, aeromozo, o azafato. También hay azafatas de congresos y exposiciones, y de programas de televisión. La persona que realiza ese trabajo en México y algunos otros países del área centroamericana se llama edecán, que se utiliza indistintamente en masculino o femenino. A las del aire en la actualidad, aunque popularmente siguen conservando el viejo nombre de azafatas y azafatos, se les conoce también por su denominación técnica: sobrecargos, auxiliares de vuelo o tripulantes.

Pez psicodélico


Un llamativo pez con un rostro casi plano y pintado de rayas concéntricas blancas y azules, encontrado en Indonesia, ha sido identificado como una nueva especie de pez-rana y bautizado como pez psicodélico (Histiophryne psychedelica).
Según describe un equipo de científicos de la Universidad de Washington en el último número de la revista científica Copeia, el extravagante animal fue visto por un grupo de buzos muy cerca de la isla de Ambon, en la zona oriental de Indonesia.
Sus descubridores afirman que su primera impresión al verlo fue que observaban "una pelota de goma inflada" dando botes sobre el fondo del mar. Otro detalle llamativo de la fisionomía del pez psicodélico son sus ojos azules, que están situados de manera frontal, igual que en el ser humano. Tiene, además, una amplia cara plana y mejillas infladas. Y utiliza las dos aletas pectorales a modo de patas para maniobrar sobre los escarpados arrecifes en los que vive.

viernes, 27 de febrero de 2009

Cuidado con lo que se grita...

que corte, no??

Que tiempos aquellos...


DOS HOMBRES.

Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital.
A uno se le permitía sentarse en su cama, cada tarde durante una hora, para ayudarle a drenar el líquido de sus pulmones.
Su cama daba a la única ventana de la habitación.
El otro hombre tenía que estar todo el tiempo boca arriba.
Los dos charlaban durante horas.
Hablaban de sus mujeres y sus familias, de sus hogares, sus trabajos, su estancia en el servicio militar, donde habían estado de vacaciones, etc.
Y cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana.
El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades y colores del mundo exterior.
La ventana daba a un parque con un precioso lago.
Patos y cisnes jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas.
Los jóvenes enamorados paseaban de la mano, entre flores de todos los colores del arcoíris.
Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad.
El hombre de la ventana describía todo esto con un detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena.
Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando.
Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras.
Pasaron días y semanas.
Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto plácidamente mientras dormía.
Se llenó de pesar y llamó a los ayudantes del hospital para llevarse el cuerpo.
Tan pronto como lo consideró apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama de al lado de la ventana.
La enfermera le cambió encantada y, tras asegurarse de que estaba cómodo, salió de la habitación.
Lentamente y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo, para lanzar su primera mirada al mundo exterior; por fin tendría la alegría de verlo por el mismo.
Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama… y se encontró con una pared blanca.
El hombre preguntó a la enfermera que podría haber motivado a su compañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana.
La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indicó:
“Quizás sólo quería animarle a usted”
EPÍLOGO
Es una tremenda felicidad el hacer feliz a los demás, sea cual sea la propia situación.
El dolor compartido es la mitad de pena, pero la felicidad, cuando se comparte, es doble.


Bájame la Luna...